Patio Casa Lobato

Imagen: Manuel García

martes, 18 de agosto de 2009

Vosotros diréis...



Sí, sí, ya se que diréis que no tengo palabra y que aquí estáis esperando el dichoso final de la historia. Vosotros, y mi hija que no para: "mamá ¿quieres acabar de una vez? ¡joder! que estoy intrigada, ponte a escribir y no seas perezosa"... perezosa ¡ja! lo que pasa es que no me dejan parar.

Agosto y currando. Vale, ya se que disfruté mis vacaciones apenas despuntaba el verano (cualquiera se va al Camino en este mes, dicen que es un rallye para pillar cama en los albergues), pero hay que ver lo que se sufre viendo largarse a todo bicho viviente mientras te quedas con cara de boba haciendo guardia en la oficina.

Luego en casa, bregando con un adolescente "catorceañero" que me lleva frita y refrita. Castigado anda, día sí y día también, y no se si el castigo es para él o para mi que me toca aguantarlo en casa, y por si eso fuera poco , capeando a su hermana, que es un sargento primero, y no para de machacarle. Y tiene razón la chavalita, pero es que el niño está en la edad tonta, con las hormonas aceleradas que no hay forma de frenar. Anda respondón, desordenado, despistado, perezoso, enamorado. Cree que ya es un hombre pero espera en la cama a que le arrope y le de un beso de buenas noches. Que no hay por donde cogerle... vamos. Afortunadamente, el tiempo todo lo cura, o eso dicen, y tratándose de algo tan pasajero como la juventud, con más razón... habrá que armarse de paciencia.

También me voy de "picos pardos" de vez en cuando, no voy a pintarlo todo tan negro, atendiendo a las visitas procedentes de la Villa y Corte que vienen ansiosos por zambullirse en el Mare Nostrum. Y con eso disfruto, para qué negarlo, aunque cada vez que planeamos pasar el día de excursión tenga que meterme en la cocina hasta las tres de la mañana. Y es que con esto de la crisis la cosa no está para ir de restaurante, así que hay que llenar la fiambrera y la nevera hasta los topes, que hay que ver como comen los muy...

Todo esto para decir que a "De nuevo, la vida" le quedan dos telediarios, y que calculo que para el jueves vuelvo a la normalidad (a ver si es verdad y me dejan), me pongo frente al teclado y la termino.

Cambiando de tema. Quiero agradecer vuestras sugerencias para el título del nuevo libro. A saber y por orden de aparición: Oliver, Tania, Pau, Blount, Rumba Lolailo y Anónimo. De verdad, muchas gracias por colaborar, podéis estar seguros que las guardo como oro en paño para próximas ediciones.

Para éste que nos ocupa ya elegí un título. No es original, rebuscado o metafórico. No lleva la palabra intimidad y sin embargo habla de ella. Es una frase sencilla y que solemos utilizar de forma habitual. Y aunque no es imprescindible que el título de un libro guarde relación con la imagen de la portada, creo que en este caso (si uno lo piensa un poco) sí que lo hace.

No me alargo más, mi próximo libro con la imagen que ya conocéis se llamará:

"Ahora que estamos solos"

Si os apetece, me gustaría conocer opiniones. Vosotros diréis...

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