Si las opiniones de Doña Sofia vertidas en el libro de Pilar Urbano fuesen contrarias a las que ha manifestado ¿se habría armado tanto revuelo?.
Si en lugar de estar en contra del aborto, o dicho de otro modo por los modernos de este país "interrupción voluntaria del embarazo", hubiese asegurado estar a favor ¿se habrían indignado de igual modo los que no desean que éste sea una elección totalmente libre de la mujer?
¿De qué encuestas saca Empar Pineda, portavoz de ACAI (Asociación de clínicas acreditadas para la interrupción voluntaria del embarazo) que la mayoría (¿el 51%, el 90%?)de la población está a favor del aborto?
¿En algún momento las declaraciones de Doña Sofía hacen pensar que no respeta a los homosexuales o lesbianas?
¿Tienen que gustarle por obligación las manifestaciones carnavalescas que monta todos los años este colectivo? ¿Dónde está el orgullo heterosexual, el de los sados, el de los masoquistas, el de los voyeurs, el de los onanistas...? La opción sexual ¿es un orgullo? o es algo íntimo (que no quiere decir que deba guardarse en secreto, si uno no quiere) que se practica con total normalidad siempre que se trate de personas mayores de edad y consensuadas.
También ha expresado estar en contra de la eutanasia y sin embargo, no he leído por ahí que las personas o asociaciones que están a favor de ella se hayan rasgado las vestiduras ¿por qué? ¿será porque el gobierno de España también está en contra de aprobarla? ¿quiere eso decir que sólo "escuecen" los comentarios contrarios a las leyes aprobadas o en vías de reforma de nuestro gobierno?... pensaba que se trataba de gobernantes demócratas, abiertos al diálogo, y con talante.
No entiendo a qué viene tanto alboroto. Se puede estar de acuerdo o no, con sus opiniones, en su totalidad o en parte, pero como persona creo que tiene todo el derecho a expresarlas.
Me hace gracia, aunque a veces sea para echarse a llorar, que cuando alguien no está de acuerdo con las ideas que un puñado de "intelectuales" que van de progresistas tratan de llevar a cabo, se le tache de homófobo, carca, fascista y una retahíla interminable de calificativos, despectivos en su mayoría, demostrando una falta de respeto total hacia las opiniones contrarias a las suyas. Parece que "su verdad" es la Verdad y pobre de aquel que ose decir lo contrario porque será insultado y vilipendiado, eso si no le queman en la hoguera, como en los mejores tiempos de la Inquisición.
Respeto, respeto y respeto, esa es la fórmula, incluso para las opiniones personales de una reina, que no tienen obligatoriamente que coincidir con las que tienen una parte de los españoles, son las suyas, única y exclusivamente, y está muy bien que se conozcan.
Me molesta que la "obliguen" a rectificar por no ser políticamente correctas, pero sea como sea, ahí se quedan para la posteridad, con un par.