Patio Casa Lobato

Imagen: Manuel García

domingo, 24 de enero de 2010

Esa especie de santón que vive en la colina (Uno)



– Que sí, Catalina, si me lo repites otra vez soy capaz de tirarme por el balcón, y con el teléfono pegado a la oreja para que oigas el sonido de mi cuerpo estrellándose en el asfalto

– ….

– ¿Bruta? No soy bruta, es que me lo has repetido mil veces. Y ya te he dicho que sí, te he dado mi palabra ¿necesitas que lo firme con sangre?

– ….

– Que sí, mujer, se que me quieres y por eso te preocupas por mí, sólo pretendes ayudarme, lo se. Vale, disculpa. Me agobia que estéis tan preocupados, parece que todo el mundo sepa lo que más me conviene, todos menos yo.

–….

– No estoy enfadada, en serio. Dame un poco de tiempo y te prometo que seguiré tu consejo.

– …

– Sí, de esta semana no pasa ¿cómo te lo voy a decir sólo para que me dejes tranquila? Te he dado mi palabra. Anda, mañana nos vemos, en el café, a las nueve. Buenas noches.

– …

– Yo también te quiero. Que descanses.


¡Ay! Catalina. Esta mujer no convence con argumentos, como todo el mundo, ella lo hace por puro agotamiento del contrincante, machaca, machaca y machaca hasta que ya no puedes más y claudicas. Lleva más de un mes sin parar, día tras día, repitiéndome lo mismo: tienes que ir a verle, Cris, él te ayudará, ya lo verás, hazme caso, no tienes nada que perder. Claro que tengo que perder, el tiempo, eso es lo que voy a perder. Y es que ahora a Catalina le dio por el rollo anacoreta, soledad y meditación, y según ella ese hombre cura las heridas del alma. Sí, y ya de paso, sales de allí hecha un figurín. No me lo creo, no me lo puedo creer. Pero Catalina, erre que erre, si esto hubiese ocurrido en su época hippie hubieran sido los porros milagrosos de maría y el amor libre, follar en una comuna con todo quisqui seguro que me ayuda a olvidarme de todo. Creo que ya no le quedan tendencias o filosofías de vida por probar. Tiene suerte con Santi, que es un santo, nunca mejor dicho, y aguanta estoicamente todas sus locuras.


En el fondo se que tiene razón, no puedo seguir así. Desde que Juan Luis se marchó estoy hecha una braga, rota y hundida. Si por lo menos sintiera rabia, si me quedase un poco de amor propio, quizá sería capaz de hacer algo para terminar con esta apatía que se apoderó de mi. Pero sólo tengo la sensación de haber tirado a la basura quince años de mi vida, quince años, que se dice pronto, quince años con sus cinco mil cuatrocientos setenta y cinco días y sus correspondientes noches. Fue tan de repente, tan inesperado, como si aquella noche hubiese estado esperando que llegase a casa para decirme ¡sorpresa! Verás, Cristina – me dijo nada más entrar sin darme apenas tiempo de colgar el bolso tras la puerta – hace días que quería hablar contigo. Nuestro matrimonio no funciona. No digas nada, déjame hablar – cortó tajante lo que pensó era un intento de interrupción, cuando no era más que mi dificultad para respirar – no puedo seguir contigo. Necesito una mujer que esté a mi altura, con cultura, una mujer de mundo con la que pueda presentarme ante mis colegas. Tu y yo no tenemos nada en común, casi no nos vemos, siempre estás trabajando y yo tengo demasiadas ocupaciones, por fin he conseguido un cargo importante y se que puedo llegar mucho más alto. Hemos recorrido mucho camino juntos, pero aquí nos separamos. Se acabó, Cristina. Te quiero mucho, te lo juro, pero te has convertido en un lastre que no me deja avanzar. Le miré con la súplica asomándome a los ojos. Puedo dejar de trabajar – balbuceé – iré a la peluquería, a un salón de belleza, me pondré guapa, haré lo que quieras para que no tengas que avergonzarte de mí. Da igual, Cristina, eso no iba a solucionar nada, jamás podrás quitarte ese… olor a pollo – terminé la frase por él.


(Continuará)

4 comentarios:

hippie pirata dijo...

Joder!
Qué duro!
A veces me cuesta pensar que esto pueda ocurrir, tanta crueldad, pero la vida te enseña que existe más de lo que podemos pensar.
La ficción es un reflejo de la realidad, pero suavizada para hacerla verosímil.

Des dijo...

La vida es dura, y cruel, además de hermosa. A veces pienso que si pudiésemos tener un espejo mágico o algo así para ver eso que ocultamos, nos sorprendería lo que descubrimos. A falta de eso, nada mejor que la imaginación que en muchas ocasiones, todo parecido con la realidad no es mera coincidencia.
Besos, Pau.

Gracias Polzic por tu visita. No me va mucho lo del lego, pero agradezco tu invitación.

CRISTINA FRANCES dijo...

Desgraciadamete, cosas así últimamente ocurren demasiadas veces. Cruel pero real.
Hay que disfrutar de los buenos momentos que nos da la vida.

Gracias por elegir una obra mia para tu novela, se nota que entiendes también de arte.
Besos, Cristina Francés.

Des dijo...

Gracias, Cristina, muchas gracias por tu visita. Sí, la verdad es que me encontré con este cuadro tuyo buscando en google una imagen que me gustase para la historia, y me encantó. Creo que representa perfectamente la humillación y el desamparo que siente mi protagonista.
De paso estuve dando un vistazo a tu obra, te felicito sinceramente. No soy entendida en arte, pero se cuando algo me gusta, y tus cuadros me gustan.
Gracias otra vez. Un beso.
Des.