Patio Casa Lobato

Imagen: Manuel García

jueves, 18 de agosto de 2011

Adiós, dulzura



Bien, después de nueve sesiones irradiándome no presento síntomas dolorosos para la ingestión de alimentos. Como con normalidad, aunque eso sí, si jugase a la gallinita ciega intentando adivinar qué me estaban metiendo en la boca, no acertaría ni una. 

El dulce desapareció de pronto de mi gama de sabores, así que todo lo que lleve azúcar (frutas incluidas) me parece que está "desaborío". La sal tampoco se deja notar demasiado, depende de los alimentos. El pan, una de las cosas que más me gustan, está asqueroso. Y el agua me provoca náuseas. En definitiva, que tengo un lío de sabores que no hay quien se aclare.

Así que no se hace difícil comer, sólo un pelín desagradable. De todas formas, soy una chica obediente y sigo al pie de la letra las instrucciones de mi doctora: intentar no bajar de peso ni un ápice. De momento sigo con los mismos kilos con los que empecé, lo estoy consiguiendo... ¿os imagináis como es disponerse a disfrutar de un rico helado de nueces y avellanas y encontrarse con que sólo nos sabe a crema fresquita sin ningún sabor?.... ¡¡¡¡aggggggg!!!!

Algo bueno tenía que tener esto: después de 30 años de fumadora empedernida, no he vuelto a probar un cigarro desde que empecé el tratamiento, pero es que lo más sorprendente es que ¡¡¡NO ME APETECE NADA!!!!, desde el primer día.. No conozco el motivo pero le tomé "manía" al tabaco y al café, y no he vuelto a catar ni una cosa ni la otra.

Hoy estoy triste. Mañana daremos el último adiós a una mujer que lleva años luchando contra el cáncer. Hace tres años se abrió ante ella una luz de esperanza cuando le realizaron un trasplante de la médula de su hermano, según los médicos con una compatibilidad altísima. Sin embargo, no dió el resultado esperado y después de caer y volver a levantarse muchas, muchas veces, se quedó sin fuerzas para seguir. Desde anoche está descansando por fin en algún lugar donde será feliz para siempre, Su marido y sus hijos son la viva estampa de la desolación, duele verles así. Aunque por nuestras venas no corre la misma sangre, siempre les he sentido como familia, he visto crecer a esos niños (ahora ya, hombres) muy de cerca. Mañana la incineraran y en unos días llevarán sus cenizas a Asturias, nuestra tierra querida. 
Descansa en paz, mi querida M, nunca te olvidaremos.

4 comentarios:

Chus dijo...

Hola:

Siento lo de tu amiga, el cáncer es así. Luchar, luchar y el final nadie lo sabe.........

Está claro que con cáncer o sin cáncer nadie ha venido aquí para quedarse, así que algún día nos tendrá que tocar. Lo peor es para los que se quedan, que les queda una buena etapa de sufrimiento, aunque al final el tiempo pone fin a muchas cosas que en un momento dado piensas que es imposible.

Respecto a tus sesiones, me alegro que dentro de lo que cabe las estés llevando tan bien. La verdad que lo de los sabores es un rollo patatero, pero no queda otra, pensar que es solo una temporada y que pasará y volverás a disfrutar de todos esos sabores de los que hoy no puedes- El tiempo pasa antes de lo que creemos.

Te envío un abrazo muy fuerte luchadora

Anónimo dijo...

Hola Des, una noticia muy triste la de tu amiga, lo siento mucho DEP.
´
Una lata eso de comer sin sabores, me hago a la idea que será parecido a cuando tenemos un catarro fuerte que todo nos sabe a nada, pero lo de dejar de fumar eso sí que ha sido el mejor efecto secundario que podías tener, felicidadess no suele ser lo habitual.
Bonita y sugerente foto la de la entrada de hoy;)
Besosss

Tania Alegria dijo...

Cuánto me alegra saber que el "desaborío" es el síntoma más evidente del tratamiento. Y qué lujo dejar de fumar sin síndromes de carencia.
Que sepas que ando siempre por aquí, pendiente de noticias. Y si no te escribo más veces es para dejarte sosegadita, sin tener correos que responder.
Te abrazo, Hermosa. Y te quiero mucho. Ya lo sabes.

Des dijo...

Gracias a las tres. Os abrazo.