Patio Casa Lobato

Imagen: Manuel García

sábado, 6 de diciembre de 2008

Otro posible final para KATIE (Autor: Anónimo)

Tenía que hacerlo. No podía dejar que tu final de la historia quedase sólo como un comentario. Gracias. A veces (muchas) echo de menos esos cuentos escritos a dos, tres o cuatro manos. Es interesante ver lo que da de sí la imaginación de cada uno, y enriquecedor.


Y mientras la perrita se aleja, una ola de pensamientos:
se acuerda de todas las tumbas que llenó.
—“¿Por qué? ¿Por qué?”
Y desde el charco rojo,
donde queda el cadáver de su dueño,
algo de ella pugna por salir
a la superficie
y seguirla.
La perra sigue adelante, siempre adelante.
—“¡Pero sí una sola gota de sangre le hacía caer redonda al suelo!”
Eso era antes.
Ahora las tripas le vuelven
a crujir:
es la sed y el ansia,
le atraviesan,
chisporroteando como cables eléctricos,
desde la base del rabo hasta el alma.
Entorna los ojos. Sonríe.
Su cuerpo sucio.
La perra se siente la novia
del lodo.
Aunque su alma burbujee
como el alma de un gato hundido.
—“¡No, no, ella ya no rendirá la voz a sentimentalismos! ¡Matar! ¡Tiene que matar! Seguir matando por el resto de sus días amén”
Desde que aquel hombre
de aspecto tan agradable
e inocente,
(era ella ya una perra,
pero aún cachorra)
la violara.

1 comentario:

Tania Alegria dijo...

También está genial ese cierre basado en el poema de Anónimo. Vaya co-inspiración!

Os abrazo.

Marién